Aranguren: un entrenador que hizo historia

Jesús Aranguren Merino, conocido en el mundo del fútbol como Chuchi Aranguren, fue un entrenador que hizo historia en el CD Logroñés, pues, con él en el banquillo, alcanzó la gloria del ascenso a Primera División en la temporada 1986-1987 y consiguió la permanencia al año siguiente, “con un equipo modesto y un presupuesto escaso”, en palabras de Tomás Santos. Según Mané, era “un entrenador de inteligencia natural”.

Nació en Portugalete (Vizcaya) el 26 de diciembre de 1944 y empezó a jugar en el Sestao. De ahí pasó a la cantera del Athletic y, a los 17 años, subió al primer equipo, en el que fue una pieza fundamental en el lateral izquierdo durante doce temporadas (1962-1974). ‘Marcador excepcional’, según la prensa, disputó 318 partidos con el conjunto bilbaíno y, tras colgar las botas, comenzó a entrenar en Lezama en 1975.

Alcanzó renombre dirigiendo al Alavés y al Deportivo de La Coruña en Segunda, hasta que fichó por el Logroñés en 1986, a los 41 años. Vino “convencido de que la íbamos a liar”, en palabras de Gilabert, y logró algo que parecía un sueño inalcanzable para un club modesto: el ascenso. Para entonces ya había renovado por un año más, pero “eso me da paso a entrenar por méritos propios en Primera”, señaló entonces. 

Lo hizo bien en su segunda temporada y pudo cumplir el objetivo de mantener al equipo en la élite (13º clasificado). En 1988 se marchó al Sporting de Gijón, pero aquí dejó una huella imborrable como gran técnico y buena persona. Luego, dirigió a varios equipos, haciéndose cargo del Athletic casi al final de la Liga 1991-1992. Murió en Baracaldo (Vizcaya) el 21 de marzo de 2011, a los 66 años, a causa de un infarto.

Comentarios

el blogroñés 19 de febrero de 2020
Chuchi Aranguren fue “un hombre de fútbol en su sentido más amplio”, según Mané, que contribuyó a escribir algunas de las páginas más brillantes de la historia del CD Logroñés. Era “un entrenador joven que tenía buena relación con los jugadores”, en opinión de Gilabert, y eso ayudó a lograr un hito histórico: el ascenso a Primera División y, a raíz de ello, a “hacer grande a la ciudad de Logroño a nivel deportivo”.

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Javier Caballero Wangüemert

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