Alzamendi: una leyenda del fútbol sudamericano
Antonio Alzamendi Casas, conocido en el mundo del fútbol como Alzamendi, fue una leyenda del fútbol uruguayo, que marcó el gol que le dio al River Plate la Copa Intercontinental en 1986 y, a sus 32 años, jugó en el CD Logroñés dos temporadas (1988-1990) gracias a Ruggeri. Aquí disputó 64 partidos, logró 15 tantos y ‘marcó una época’, según la prensa. Además, participó en dos mundiales: México 1986 e Italia 1990.
Nació en Durazno (Uruguay) el 7 de junio de 1956 y empezó en el Wanderers. Muy pronto descolló en el Independiente como un extremo rápido y con olfato de gol. Jugó en los grandes de su país: el Nacional y el Peñarol, antes de hacer historia en el River Plate. Ganó cuatro Ligas (1978, 1983, 1985 y 1986), una Copa Libertadores (1986), una Copa Interamericana (1987) y dos Copas América con Uruguay (1983 y 1987).
Balón de Oro de América 1986, fue fichado por Marcos Eguizábal por imposición de Ruggeri y, pese a su edad, realizó “unos partidos en Las Gaunas sencillamente extraordinarios, con velocidad, ganas, visión de juego y pelea al límite de sus posibilidades”, en palabras de Tomás Santos. Formó parte del mejor Logroñés de la historia y fue el máximo goleador blanquirrojo en la temporada 1988-1989, con nueve tantos.
Tras su paso por aquí, volvió a Argentina en 1990 para jugar en el Mandiyú y colgó las botas en el Rampla Juniors uruguayo a punto de cumplir los 37. Tras su retirada, ejerció de entrenador en Perú, Uruguay y Guatemala, siendo ayudante de Liber Arispe en la temporada 1996-1997 en un mal momento del Logroñés. Vive en Cardona y se define a sí mismo como “el tipo más feliz del mundo con una pelota en los pies”.
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