Joaquín Negueruela Alonso, conocido en el mundo del fútbol como Negueruela, fue presidente del CD Logroñés en los años 80, en los que, según Tomás Santos, “el fútbol escribió en nuestra ciudad las páginas más brillantes de su historia”, con el ascenso a Segunda División en 1984 y, luego, a Primera en 1987. Un hombre “bueno, honesto y al que solo guiaba su amor al Logroñés”. El mejor presidente de todos los tiempos.

Nació en Molina de Aragón (Guadalajara) el 16 de agosto de 1925 y vivió en Logroño desde los 4 años. Estudió en el colegio de los Maristas y con 13 años entró a trabajar en el negocio de curtidos ‘Emiliano Alonso’, donde llegó a ser gerente. Desde los 16 años fue socio del Logroñés y solía situarse en Las Gaunas detrás de la portería donde atacaba nuestro equipo. En 1983 tomó, junto a unos amigos, las riendas del club.

“Trabajamos muy fuerte y la suerte nos acompañó”, resumió esa etapa de cinco años (1983-1988), en la que “resucitó el interés de los riojanos en torno a un club y a un equipo que había entrado en una anodina situación”, según Tomás Santos. “Con trabajo, seriedad y dedicación honesta y desinteresada”, Negueruela y sus compañeros lograron llevar al Logroñés en tres años del pozo de la Segunda B a la élite del fútbol.

Con él como presidente, nuestro equipo alcanzó los 10.000 socios, vivió su época más dorada y, lo que era más difícil, consiguió mantenerse en Primera. En 1988 renunció a la reelección y apoyó a Marcos Eguizábal, pero al mes y medio dimitió como miembro de su junta directiva por las diferencias con Mateo Berrueta. Fue distinguido con la Insignia de San Bernabé en 2008. Falleció en Logroño el 6 de abril de 2013, a los 87 años.