Salva: final de trayecto para un gran jugador
Salvador García Puig, conocido en el mundo del fútbol como Salva, fue un defensa libre con grandes condiciones, que, tras formarse en el FC Barcelona y destacar en el Real Zaragoza como uno de los mejores defensores españoles, terminó su carrera jugando tres temporadas en el CD Logroñés a comienzos de los años 90. El conjunto riojano fue el final de trayecto para un gran jugador, a raíz de una grave lesión de rodilla.
Nació en Sant Adriá de Bèsos (Barcelona) el 4 de marzo de 1961. Quería haber sido médico, pero empezó a jugar en el CE Sant Gabriel y de ahí pasó al Barça: tres años en el juvenil, uno en el amateur (campeón de España) y dos en el filial (1980-1982). Kubala, Helenio Herrera y Udo Lattek le llamaron para entrenar con el primer equipo, pero ninguno le hizo debutar y, en aquellas circunstancias, fue traspasado al Zaragoza.
Ahí, a las órdenes de Leo Beenhakker, brilló en Primera División (1982-1984) por su gran calidad técnica y visión de juego, siendo internacional en seis ocasiones con Miguel Muñoz. Luego, volvió al Barcelona, pero, por problemas extradeportivos, estuvo un año sin jugar y, tras ser cedido al Hércules de Alicante CF la temporada 1985-1986, ya no volvió a ser el mismo. Ganó una Copa del Rey (1988) y una Recopa de Europa (1989).
A finales de los 80, llegó al Logroñés de la mano de José Luis Romero para sustituir a Ruggeri y, a sus 28 años, rindió a buen nivel en la que fue la mejor temporada de la historia del club (1989-1990). Sin embargo, no tuvo mucha suerte en las dos siguientes, pues una enfermedad y dos graves lesiones le cortaron el ritmo y le obligaron a colgar las botas en 1992 a los 31 años. Tras dejar el fútbol, se ha dedicado a sus negocios.
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