Ricardo Enrique Moreno Abad, conocido en el mundo del fútbol como Moreno, fue un centrocampista de la cantera del CD Logroñés que se convirtió en “un jugador de Primera División al nivel del mejor”, según el periodista deportivo Tomás Santos, “siendo de los hombres destacados del equipo” desde principios de los años 90. Un ejemplo para los jóvenes, porque supo sobreponerse a las dificultades con paciencia y esfuerzo.

Nació en Logroño el 6 de abril de 1966. Hijo de uno de los socios más antiguos, tras sus inicios en el Atlético Riojano y el Loyola, dio el salto al Promesas en 1985. El 2 de octubre de 1985, Delfín Álvarez le hizo debutar en el primer equipo, pero luego fue cedido al Arnedo para hacerse como jugador. Volvió al filial, con el que subió a Tercera en 1987, y otra vez al Arnedo, hasta que, a sus 22 años, fichó por el Logroñés en 1988.

Ni Javier Irureta, ni José Luis Romero le dieron la oportunidad de mostrar que valía en el centro del campo, pero él nunca dejó de luchar por su sueño. Nano Ramos hizo posible que jugara por primera vez en Primera (el 18 de junio de 1989, en San Mamés) y David Vidal fue quien le dio la confianza que necesitaba para convertirse en “uno de los hombres fijos en todas las alineaciones”, según Tomás Santos, pese a ser “de casa”.

Dio un gran rendimiento y jugó 87 partidos de Liga entre 1985 y 1994, siendo el 12º jugador con más encuentros en Primera. En 1994, pasó al Alavés y, en 1996, al Numancia; con ambos ascendió a Segunda. Era un futbolista con estudios: Ciencias Exactas, Empresariales y Viticultura, y es entrenador nivel 1 y 2. Ha subido a la SD Logroñés a Segunda B y Primera RFEF como segundo entrenador. Trabaja y es socio de Airplus System.