Félix Andrés Martínez, conocido en el mundo del fútbol como Félix Andrés, fue el presidente con que el CD Logroñés ascendió a Segunda División, por segunda vez a lo largo de su historia, en 1966 y, luego, el vicepresidente con el cual vivió una época dorada en Primera, entre 1989 y 1992. Un dirigente con sus luces y sombras, que, según sus propias palabras, “solo buscaba, de forma desinteresada, lo mejor para el club”.

Nació en Islallana el 9 de septiembre de 1912 y, como su padre y sus dos hermanos, se dedicó a la construcción como contratista de obras. Era un gran aficionado al fútbol y desbordaba pasión por el Logroñés, del que fue socio desde los años 40 y directivo entre 1954 y 1956, con Víctor Romanos a los mandos. Cuando nadie quería serlo, dio un paso al frente y, el 25 de febrero de 1965, fue proclamado presidente por la asamblea.

Era “gente de fútbol que quería y seguía al Logroñés de antiguo”, según Tomás Santos, y trabajó con toda el alma, como a él le gustaba decir, por el club, hasta llevarlo a Segunda. Un hito que habría sido difícil de conseguir sin él: “prestigioso industrial, excelente aficionado y magnífica persona”, en opinión de Esteban Prudencio Alcalá. Luego, las cosas se torcieron, el equipo descendió y, el 30 de abril de 1968, tuvo que dejarlo.

Desde la distancia, nunca desconectó del Logroñés (su hijo, también llamado Félix Andrés, fue jugador y directivo). Por eso, cuando Marcos Eguizábal le llamó en 1989, no dudó en volver y disfrutó de sus años más brillantes, hasta que se convirtió en SAD. Tuvo un papel estelar en la inauguración del nuevo campo de Las Gaunas el 28 de febrero de 2002. El 10 de junio de 2016, murió a los 103 años, siendo el abuelo de La Rioja.