“¿Por qué te llaman ‘Caparrones’?”, le preguntaron en cierta ocasión a Ángel García: el jugador que más temporadas defendió la camiseta del CD Logroñés (quince, entre 1941 y 1956). “Me lo puso un compañero en un viaje”, explicó, tratando de averiguar el motivo de la furia que tenía. “Oye, ¿tú qué comes para tener esa correa?”, le planteó. Él respondió: “¡Coño, caparrones!” Y se quedó con ese nombre para siempre.
¿Quién no recuerda las famosas palmadas que el entrenador argentino Carlos Aimar daba en el pecho a los jugadores del CD Logroñés antes de cada partido? “Quiero que salten al campo como si fueran a la guerra”, le dijo al periodista Jorge Alacid en cierta ocasión. “Hacía más ruido que daño”, contó el que fuera centrocampista blanquirrojo Paco Fernández años después. Aquel gesto marcó una época del equipo.
El Logroñés, de la Copa de la UEFA a Segunda División
El 22 de junio de 1997, tal día como hoy hace 25 años, el CD Logroñés disputó en Anoeta frente a la Real Sociedad de Fútbol (2-1) el último partido en Primera División de toda su historia. La inexperiencia de los nuevos dirigentes del club blanquirrojo, su nerviosismo y su miedo a las iras del graderío, les llevaron de la Copa de la UEFA, con la que soñaban despiertos, a Segunda. Su gestión fue un monumental fiasco.